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El clásico del fútbol español entre Barcelona y Real Madrid nos ha dejado un panorama desolador en la otrora liga de las estrellas. Parece que la liga está sentenciada y, a menos que haya un descalabro blaugrana, el Barcelona sumará un nuevo título en sus vitrinas. Ya sé que quedan muchas jornadas por delante y pueden pasar muchas cosas, pero lo cierto es que el Barcelona, hoy por hoy, no tiene rival en España. Ante Sevilla, Valencia y Real Madrid, el equipo blaugrana ha sumado 9 goles a favor y ninguno en contra. Estos datos ante los equipo punteros de la liga, a falta de su enfrentamiento ante el Villarreal, nos hacen ser poco halagüeños de cara a la resolución de la liga. Mucho tienen que cambiar las cosas para que veamos una liga competitiva.
Mi esperanza recaía sobre el Real Madrid. Una victoria del equipo merengue en el Camp Nou hubiera cambiado el panorama liguero y hubiera reavivado el fuego del campeonato. Y las cosas no empezaron mal para los madridistas. Juande planteaba un partido a la contra, con mucho rigor defensivo y con un inspirado Casillas. Pero para que el plan funcionase, necesitaba que sus jugadores remataran al Barcelona al contragolpe, y éstos no fueron capaces de hacerlo. Y eso que tuvieron dos ocasiones bastante claras para adelantarse en el marcador, pero ni Drenthe primero, ni Palanca después, consiguieron perforar la meta defendida por Víctor Valdés. Al final, el Barcelona no cesó en su empeño y consiguió llevarse la victoria en un golpe de suerte a la salida de un córner.
Tras la finalización del partido, la prensa de ambas ciudades sacaban sus conclusiones. La de Madrid miraba la botella medio llena y comentaba que los merengues les plantaron cara a los culés. En cambio, la prensa de Barcelona se hacía eco de la actitud defensiva del Real Madrid calificándola como de equipo pequeño. Evidentemente, cada uno tira para su lado, aunque yo tengo mi propia opinión.
Según mi punto de vista, el Real Madrid no salió reforzado y ni siquiera dió síntomas de mejoría. Pero si atisbó la estrategia a seguir para derrotar al Barcelona, sobre todo en la Champions League. El Barcelona no consiguió ponerse por delante hasta el minuto 80, y el Real Madrid incluso pudo haberlo hecho antes. Partiendo de la base que el equipo merengue adoleció en el equipo que presentó el sábado de jugadores de primer nivel (porque Higuaín todavía no lo es por mucho que se empeñen algunos), el Barcelona no supo como meterle mano al partido. Probablemente, si Robben y Van Nistelrooy hubieran estado en el campo (los únicos jugadores de la plantilla del Real Madrid que se pueden considerar resolutivos por sí mismos), a lo mejor el partido hubiera seguido otro derroteros.
Evidentemente, esta táctica de plantear el partido a la contra ante el Barcelona no se la puede permitir casi ningún equipo de la liga española (por eso mi opinión es que la liga está sentenciada), pero en la Champions es otra historia. Equipos como Chelsea, Inter, Manchester United o Bayern de Munich si tienen cracks de medio campo en adelante y que pueden ser bastante peligrosos a la contra. Estos equipos habrán tomado buena nota de cómo jugarle al Barcelona y el equipo culé debe estar preparado para tener mayor respuesta ante una táctica parecida.
El Barcelona tiene problemas ante equipos que se encierran debido a que su juego no es tan preciosista como se dice. Realmente, la mayoría de los goles blaugranas llegan tras un robo de balón al contrario. La presión en la salida de balón es clave para estos menesteres y la mayoría de los equipos adelantan demasiado sus líneas cuando juegan ante el Barcelona, con lo que benefecian la contra culé. El secreto del Barça no es el “tiquitaca” ni la posesión de balón. Es la presión. Es la virtud más importante que Guardiola ha conseguido recuperar para los suyos. Y encima si cuando ésto no funciona tienes un abrelatas llamado Messi pues mejor que mejor.
Creo que la liga está decidida, a no ser que al Barcelona le ataque una plaga de lesiones o que el Real Madrid vire su rumbo 180 grados. Por lo tanto, la emoción este año deberemos dejársela a la Champions. Aunque vista la insalvable distancia, todavía recuerdo la liga de hace dos años que consiguió remontar el Real Madrid con partidos épicos a más no poder. ¿Conseguirá el Real Madrid repetir aquella gesta? Yo lo dudo, pero lo emocionante que sería no tendría precio.
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